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El nuevo museo Fabergé en San Petersburgo ya está abierto al público

Muchos de los valiosos y espectaculares huevos decorados que Carl Fabergé fabricó para los zares de Rusia son propiedad del multimillonario ruso Viktor Vekselberg. Ahora este magnate ha decidido compartir este tesoro y ha abierto el Museo Fabergé en San Petersburgo, la capital de la Rusia imperial. Una nueva visita imprescindible a orillas del Neva.

El museo se encuentra ubicado en el Palacio Shuvalov, restaurado para la ocasión y ya está abierto al público: se puede visitar los miércoles, jueves, sábado y domingos de 11 a 21 horas; el coste de la entrada es de 300 rublos.

Vekselberg, que está considerado el cuarto hombre más rico de Rusia, empezó su colección de huevos de Fabergé en el año 2004. Actualmente tiene nueve de estas maravillas (en todo el mundo solo se conservan unos 50), valoradas en 850 millones de dólares, que exhibe aquí junto a otros tesoros y obras de arte.

Los huevos están confeccionados con metales preciosos y están adornados con esmaltes, joyas y pinturas en miniatura. En uno de los que podemos admirar en este museo aparece Maria Feodorovna, madre del último zar, y el pequeño Alexei, heredero al trono. Otro, diseñado especialmente para celebrar el primer aniversario de la coronación de Nicolás II, contiene una miniatura de un carro viejo en oro.

La tradición de estos huevos decorados de forma tan sublime se inició en la Pascua del año 1885, cuando el zar Alejandro III regaló a su esposa una de estas originales joyas.

Carl Fabergé fue el joyero de la corte desde principios de los años ochenta del siglo XIX hasta la caída del imperio. En los meses siguientes a la Revolución de Octubre, se las arregló para escapar a Europa Occidental, dejando atrás todas sus creaciones.